
Se acerca el día. El viernes lo sabremos. Doy mi apoyo.
Madrid 2016.
Yo
también
tengo
una
corazonada.
Adoro mirar en colores aunque no me envuelva en ellos.
Para verlos no necesito gafas con cristales de colores, sólo tengo que aprender a mirar las manos de quien me habla con el lenguaje de signos.
Empiezo a practicar...
No siempre tenemos el privilegio de ver películas que nos trituran el alma, que luego la amasan con azúcar para sumergirla más tarde en vinagre y lanzarla al cielo con un grito bestial de satisfacción.
Kirschblüten (Cerezos en flor) es una de esas, de las pocas películas que te marcan el pecho con fuego.
Está llena de absoluta magia, de dulzura, de imágenes que te hacen levitar, de belleza en estado puro. Nunca pensé que los cerezos en flor fueran tan especiales...
He descubierto el Butoh y he visto formas increíbles de hacer realidad los sueños del otro. Todas las palabras que pueda decir ahora se quedan tan cortas como mis uñas. Sobra todo. Todo.
Imprescindible para cualquiera que tenga una alma capaz de bailar entre las nubes.
Hoy soy bailarina y me llamo Isadora Duncan. Nunca fui una mujer de mi época, quizás nací pronto para comportarme como lo hago.
Soy liberal, soy libre y pocas cosas atan mis pies al suelo. La gravedad como mucho.
He vivido al límite, he bailado fuera de todo lo convencional. Me siento distinta y aunque la vida me ha golpeado duro arrebatándome a mis dos hijos, he vivido de acuerdo a mi naturaleza etérea.
Esta noche de mis 49 años dejaré este mundo y ganaré unas alas para bailar en el cielo....
Y de la mano de Sigur Rós (gracias eternas Moderato) me preparo para la vuelta al mundo real, para el día a día de lo esperado y lo previsible. Para las llanuras y los horizontes invisibles. Para la luz que se va apagando con el paso de los días.
Empieza el particular año nuevo que siempre nace en Septiembre y no en el frío Enero. Creo que me he llenado de la energía de mil lugares que me han acogido durante este peculiar y extraño verano de tiempo libre.
Espero la llegada de tormentas como las que me han ido recibiendo por los caminos que me han conducido hasta aquí. Espero la lluvia que me da vida como a una planta mustia después de un verano asfixiante. Espero el cielo gris oscuro y el viento salpicando las calles, viento loco y salvaje que corre delante de una gran tormenta.
Adoro las tormentas, las que llegaron y las que están por venir.
Leí mucho sobre el tema y una vez estuve preparada para pasar por una entrevista dignamente, o por un interrogatorio con psicólogo, o por una selección de candidatos para una misión especial.
El problema es que nunca he tenido que someterme al test, nunca me han convocado para algo así, a pesar de ser una pequeña especialista amateur en el tema...nada de nada.
Me quedo con mis láminas falsificadas perdidas en alguna estantería de algún apartamento que ya he olvidado.
En una próxima vida y con el fin de usar lo que pude aprender tendré que hacerme delincuente no violento, psicópata, neurótica, aspirante a puestos muy solicitados, o agente del Mossad.
Creo que me esperan reencarnaciones muy moviditas.