sábado, 19 de septiembre de 2009

Me llamo Ötzi. Soy the Iceman



Me llamo Ötzi aunque casi todos me conocen como Iceman.
Soy un hombre del Neolítico.

La muerte me alcanzó hace más de 5.300 años y tal día como hoy, 19 de septiembre en 1991 unos excursionistas me encontraron cuando el hielo que me dió cobijo empezó a fundirse.

Desde entonces he vuelto a la vida, aunque en el museo de Bolzano (Italia) donde me guardan nadie se ha dado cuenta. Me tratan como un tesoro y me han hecho miles de fotografías. Han analizado el polen que hay en mi organismo, mi herida de flecha mortal, los tatuajes de mi cuerpo y saben lo que comí el día de mi muerte.

No puedo quejarme, pero reconozco que la vida en este futuro en el que he despertado es muy distinta a mi vida de cazador en las montañas. Ahora mi cueva tiene las paredes lisas y pintadas de blanco. Estoy vivo de hambre pero cuando me escapo de noche con mi arco no veo ciervos ni gamuzas.

He empezado a comer la pasta que sobra en la cafetería. Estoy engordando. Me gusta. He cambiando el arco por un tenedor y lo escondo en el bolsillo.

Ayer desde mi expositor le guiñe el ojo a un niño y el me sacó la lengua. Si yo la hubiera conservado se la habría sacado también. Se lo dijo a su madre y ella se rió de él....

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Bravo Jeanne, esta vez la has clavado, me ha encantado la ironía y el humor que destila tu mini relato. No sé hasta donde preferiría esa cómoda cautividad frente a su pasado de feroz competencia por la vida, en cualquier caso, no me extraña que prefiera la pasta de la cafetería, a esa carne mal cocinada sobre el fuego y tan costosamente conseguida, que ya sabemos tú y yo el efecto adictivo de una buena carbonara.

Besos revividos
(Por cierto el detalle final de la lengua es magistral)

J.M. Ojeda dijo...

Simplemente somos.
Somos lo que los demas, quieren que seamos.
Quizas lo que cada cual queria ser...

Saludos de J.M. Ojeda

Mercedes Pajarón dijo...

Ahora sí que se morirá de verdad, entre tanto conservante y colorante...!

Gabiprog dijo...

Va a ser fuerte el día que el niño le lleve a un botellon...

;)

Ico dijo...

Me ha gustado estas reflexiones desde otra era.

raindrop dijo...

Lo que no sé es cómo, después de despertar a este mundo del siglo XXI, no ha utilizado el tenedor para clavárselo en el cuello ¡y vuelta al Neolítico!
Estos brutales desfases entre tiempos tan diferentes todavía no los puede resolver la criónica.

besos

Gilbert Fadda dijo...

Soy Ätza, tu compañera eterna que sigue aprisionada en el hielo, todavía más lejos de ti ahora que te han rescatado de tu encierro...pero eterno amado, no te envidio.

Han sustituido tu encierro de hielo por una urna de cristal donde todos te miran, algunos incluso se ríen, otros se burlan con los juegos típicos de la infancia.

Te han analizado, querido. Saben qué te provocó la muerte y qué me encadenó de por vida a tu destino. Saben lo que comimos el día que se nos fue la luz. Pero lo que de momento no saben es que no estabas solo, y que ese día en que el sol decidió traicionar nuestro amor con su oscuridad éramos felices en nuestra solitaria felicidad.

No espero que me rescaten...pero algunas voces me dicen que algún día, dentro de un millón de años, alguien vendrá a por mí...y siempre espero, sonriente, que ese alguien seas tú reencarnado en el explorador que fuiste.

dintel dijo...

Qué guay ser niño!!!

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