Elegimos la casa únicamente por el entorno. No queríamos un horizonte liso, ni monótono ni falto de color. Necesitábamos algo que rompiera las formas planas de nuestro mar plano y azul.
Y así, en una búsqueda desesperada por casi todos los países de la vieja Europa llegamos aquí.
Y aquí estamos. Hemos pintado la casa de rojo y las plantas amarillas forman un precioso contraste con la hierba que el cielo se ocupa de mantener.
3 comentarios:
Asombroso paisaje :D
Has dibujado con el texto una bandera italiana (o húngara, según se mire)
besos
muy buena elección...
A pesar de que los cipreses en España se asocia a la muerte o, más bién, a los cementerios, me encanta el lugar que has escogido...díafano, minimalista.
Saludos
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