Ha llegado como de puntillas, no ha sido como otras veces en las que el sudor galopante recorría mi piel como un aceite bronceador. Ha llamado despacito a la puerta y casi no me he dado cuenta de que el verano quería entrar.
Me ha sorprendido en casa, mal vestida y con el pelo alborotado como después de un viaje en descapotable. Le he sonreído un poco y ha pasado a mi lado sin mirarme. Era un foco de luz y de calor, iba descalzo y llevaba una camisa de flores con la etiqueta puesta.
El solito se ha buscado un hueco en la casa y se ha quedado a vivir con nosotros.
Ahora el verano vive aquí y creo que no llegaremos a ser buenos amigos. Yo lo intentaré pero....mi cuerpo no tolera el calor ( y mi cerebro tampoco)
Jeanne Vernal
7 comentarios:
Cuestiones hemisferiales, al otro lado del mundo me apronto a recibir el invierno, aunque hace semanas ha hecho sentir su presencia.
Un abrazo.
Yo soy más de invierno, pero he de reconocer que con los fríos que hemos pasado, también espero hacerme amiga del verano
Besicos
Pero... No subamos de 30 grados... por favor...
;)
Que casualidad. Celebré el solsticio también....pero a una temperatura muchísimo más alta.
Creo que podría resistir en el mismísimo infierno.
Se ha ido a tu casa porque no le he abierto la puerta de la mía...jajajaja...el calor me sienta fatal...y eso me hace ser poco hospitalaria...
Saludos
Feliz San Juan! viva el verano.
Un besin
Uffff eres como yo. Adoro el invierno...
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