Y el tiempo pasa, todo se acerca o se aleja con la velocidad de un trueno en un cielo asiático. El lunes queda atrás, y el jueves, el día de la semana que quiso ser termino medio, se apodera de todo el escenario.
Para lo bueno o para la mano me gusta saber que el reloj de la vida no dejar de mover sus manillas. Todo es un perpetuum mobile, nada tiene la capacidad de quedarse como está.
Jueves a punto de besar a la princesa llamada viernes que abre las puertas de su palacio a un nuevo fin de semana lleno de t.i.e.m.p.o.....para hacer mil cosas o para no hacer ninguna en absoluto. La capacidad de elegir es la parte que me gusta.
Allegro
ma
non
troppo
Bravissimo
7 comentarios:
Sí, en el tiempo de vida no existen los calderones, ¿o sí?
Lo malo de este movimiento constante es que traspasado el umbral del viernes el sábado pasa fugaz y nos plantamos ante el domingo deprimente, antesala del lunes... Si pudiésemos detener el tiempo en determinados momentos...
Dintel:
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¿Calderones?
Me temo que no se que quieres decir...(estoy de jueves y mis neuronas van a medio gas)
J.
Delgaducho
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Visto así me da miedo que llegue el viernes...querrá decir que...el sábado pasará y llegará el domingo y..........noooooooooo otra vezzzzz
Vaya, voy a ser presa de tendencias autolíticas :-)
Jeanne
El tiempo y la capacidad de elegir. Ninguna tiene precio. Brindo x ese momento del beso de la princesa.
Besos.
Y ya estamos a domingo, espero que el finde haya sido todo lo grato que de él esperabas.
un beso, Jeanne
Con ese compás, quién se acuerda de la letra.
:D
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