El otoño ha llegado de la mano de un montón de cables, de electrodos, de camilla y de futuros potenciales evocados. Una estación rara que no sabe de lluvias ni de cielos grises.
Y es que cuando llega el momento de actuar tu cerebro lo sabe y ordena al resto del organismo que actúe. Todo se activa a la vez para que las cosas dejen de estar revolucionadas y vuelvan a una normalidad de las normales.
Soy, somos, pero sobre todo soy un ente en movimiento hacia un objetivo claro que todavía no está nada claro. Da igual. Lo que importa es empezar un camino y el resto ya llegará.
No hay quien lo entienda. Otra vez da igual. Lo que cuenta es mover un pie y dar un pasito de bebé.
Enfrentarte a tus miedos es llegar a comprender que la inmortalidad
es sólo el sueño de los locos.
1 comentario:
La frase final es genial.
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