
Si tengo que elegir quiero ser una nube que viva muy lejos de suelo, y no es que tenga deseos de grandeza, no, pero si dejo abandonos a mis pies en la tierra, prefiero vivir a una altura que me mantenga a cubierto.
Pondré mi sillón con orejas en la parte más alta de mi Cumulonimbo. Allí no pasaré frío porque una corriente de aire cálido habitará su centro. Anclaré las patas de mi trono aéreo para evitar dar vueltas y más vueltas en el sentido contrario a las agujas del reloj.
Estoy preparada.
Por favor suban la humedad, yo me empiezo a colocar en una ladera a barlovento...