jueves, 27 de marzo de 2008

Pavilhão Chinês en Lisboa

En nuestra mesa favorita del Pabellón Chino de Lisboa
Nuestro bar
El lugar que ha envuelto cada uno de nuestros encuentros furtivos

Fotografía: AMLobos



La luz tenue.

El silencio rodeado de suave música.

Tu voz, siempre tu voz iluminando mi rostro.

Mis manos, mis uñas enredadas entre los dientes.

Tengo que decirte que es el momento, el plazo se ha cumplido, nada me retiene, y lo peor es que se que no te importa, ya no formo parte de tu universo. Ya estoy fuera.

¿Me fui o me echaste? Ya da igual, a nadie le preocupa, quizás tampoco a mí...



Au revoir monsieur

Au revoir Lisboa

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola, he encontrado interesante tu Blog. El corto relato de esa despedida describe tal vez toda una historia. Saludos desde México

Gilbert Fadda dijo...

El silencio rodeado de suave música no es silencio…es escuchar la respiración del tiempo a otro ritmo…Siempre pienso en Bach cuando los silencios aparecen y quieren colarse cuando no les corresponde…El silencio tiene su voz propia, una voz a veces más audible que el sonido…Una voz que reconforta y que invita a la reflexión o a la relajación.
El paso verdadero para empezar historias nuevas se da cuando lo que antes era dolor se transforma en un vago recuerdo, y los pasos olvidados de relatos pasados sólo encuentran su refugio en lo que una vez fue, desterrando los malos recuerdos y conservando lo que merece ser guardado como un tesoro en la memoria de uno.
Siempre he pensado en los buscadores de oro…removiendo barro y piedras…la vida a veces puede llegar a ser eso, pero si uno se fija bien a lo mejor hay pepitas de oro prácticamente invisibles…pero cuyo brillo puede deslumbrar e indicar un nuevo camino inesperado…
Líneas que reproduzco en mi propio espacio…porque la música de las palabras se cuelan por todas partes…
¿Dónde nos llevarán las notas que forman ríos de música? Donde queramos…Ahí uno puede elegir…Y cuando uno puede elegir, es verdaderamente libre…
Jeanne eligió...y si eligieron por ella, cambiará el sentido al son de un nuevo viento que la lleve lejos lejos...

nestor dijo...

Pequeño poema con tanto sentimiento real y a veces un poco hipocrita. me trae unos recuerdos.

que bello es tu blog tendré que visitarte mas a menudo aunque no siempre dejo mensajes pero si que los leo.
un abrazo

Gonzalo Villar Bordones dijo...

bonito lugar para mirarse con cariño.

SOMMER dijo...

Pocos lugares tienen tanto magnetismo para encuentros furtivos como Lisboa.
Y pocos adioses son tan crueles como los que suceden sin decirlo.

Abrazos.

BELMAR dijo...

pura belleza!

Anónimo dijo...

Cuando uno sabe que es tiempo, después de los encuentros furtivos, en verdad que cuesta tanto trabajo diferenciasr si se aleja uno o fue alejado...
Y como dices, a fin de cuentas, no importa mucho dadas las circunstancias...
Un abrazo

Mr. TAS dijo...

yo también descubro tu blog hoy, voy a ler algo por agí! tiene buena pinta...

la cocina de frabisa dijo...

Me he quedado prendada del lugar de la fotografía, ¡qué delicia!

TRiste el relato, como triste es el adiós cuando aún existe amor en alguno de los dos.

un besito

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