Esta mañana, en la academia, el frío de París y la falta de sol ponían en mi rostro una mirada triste y desangelada. Perdida.
Esto se traducía directamente en unos trazos complicados, en una falta de color, mis pinceles parecían arrastrar mi estado lánguido por los rincones del lienzo.
Esta primavera que no llega, y esa nieve que nos cubrió el Domingo....no me gusta.
Y de repente, cuando el día parecía apagarse antes de anochecer, cuando no esperaba nada de mí y mucho menos de nadie, Jean-Claude, mi compañero de fila, se ha ido durante un rato y cuando ha vuelto, se ha colocado frente a mi lienzo y de espaldas a mi, me ha tapado los ojos con sus manos con olor a pintura, y me ha dejado sobre la paleta una cajita de color azul.
Al abrirla, la gran sorpresa, mi pastel favorito, un "baba crème".
Me lo he comido allí mismo, con los ojos cerrados, oliéndolo, saboreándolo como un preso en el corredor de la muerte, ummmmm
El día ha cambiado a partir de ese momento.
He empezado a sonreír.
Mi paleta ha subido de tono y el color se ha adueñado de mi lienzo, lo ha envuelto, lo ha devorado.
Jean Claude me miraba sorprendido.
Yo le he besado en la punta de la nariz.
Un beso de azúcar y baba crème.
7 comentarios:
Maravilloso relato.
Me ha encantado, de verdad.
La dulzura del gesto inesperado, la sonrisa incipiente. Y sobre todo esa melancolía de tu mirada en un principio. No sabes de verdad, lo mucho que me ha gustado tu relato.
¿Sabes? Me has hecho sonreir.
Gracias!
Qué delicia más rica!!!
No me extraña que te haya alegrado el día.
Me encantan los dulces y esos tienen una pinta atómica.
Feliz y dulce día.
Un beso
Cuando el cielo de París no está gris y brilla, toda la paleta de colores surca los espacios...Poca luz como la de París después de un día de lluvia y el sol asoma los últimos rayos de la tarde iluminando los charcos des pavés, des rues, sacando ese brillo escondido de ciudad rejuvenecida...
Y si los días son grises...las pastelerías...los escaparates de Fauchon, de Dalloyau, de Ladurée...ufffff....ahí están los colores escondidos de la ciudad cuando el día está gris y la lluvia cae...Veo que tu compañero ha entendido perfectamente en qué consiste sacarle colores a la vida...Bon appétit....
Es curioso como con un detalle tan sencillo pueda surgir la luz. Encantada de conocerte, Jeanne.
Dulce ha sido el beso en la nariz. El resto ha sido para acompañar.
Besos
hola, he llegado a tu blog por la pura casualidad, y me ha parecido muy interesante.
si no te importa lo pondre entre mis blogs amigos :D
Besitos
Supongo que cada cual tiene su propio "baba crème", una cotidianidad pequeña que de una mano amiga puede arreglar un día y en tu caso un cuadro.
Los "baba crème" reconcilian con el ser humano.
Muy bien contado. Me alegro por ti y por tu cuadro ;)
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