Ayer por la tarde me quedé dormida sobre mi cama de siempre, en mi habitación con dos grandes ventanas que dan al jardín.
Era domingo, el día que precede al lunes y que por razones evidentes no me gustaba. La casa estaba repleta, pero todos se habían quedado dormidos en los sofás y sillones del salón de cortinas rosas.
La mañana había sido un remanso de paz, una comunión perfecta de conocidos y desconocidos dispuestos a compartir su energía. Me sentí bien. Recibí la llegada de una paz natural y no inducida.
Los efectos de la mezcla de paz y precaución me indujeron a un sueño en el que mi habitación se llenaba de agua y mi cama flotaba. Sentí que formaba parte de una escena de película ..." Las horas".
Al despertar todo se vino abajo. Mi cama no estaba nadando en un mar de calma.
Mañana martes....
7 comentarios:
Ay cariño.... siempre evocando las camas y el agua. Yo también estoy hoy en cama, malita.... pero deseando dormir y dormir.
Recuerdo esa escena de la película de las Horas, maravillosa y triste.
¿?
A veces esa lugar seguro se puede transformar...noooo puede ser
Genial tener dos grandes ventanas que dan al jardín, te envidio.
Desde el psicoanálisis se haría una bonita y positiva interpretación de ese sueño...
besos
Ojala hubiera oceanos algunos dias...
Sin arrecifes.
Qué angustia ¿no?
Una cosa es dormir en una cama de agua (cosa que nunca he hecho) que se me antoja algo sensual para los sentidos y otra muy distinto que la habitación se llene de agua.
No me extrañaría que tantas inundaciones hubiera producido algún efecto en tu subconsciente.
un beso, Jeanne
No te nos agobies, después de todo, el martes siempre ha sido un día marciano, tiene que llegar y pasar, pero, esta vez, lo buen es eso, ha pasado... y tú sigues teniendo esa habitación con dos ventanas al jardín.
Besos.
Publicar un comentario