sábado, 15 de mayo de 2010

Sábado de peluquería



En este sábado de peluquería me pongo a pensar, me gustaría ir escribiendo sobre la marcha entre carritos, rulos, pinzas y pelos, pero he decido que mi libreta con teclas se queda en casa.

Siempre he pensado que este lugar es una fuente enorme de inspiración, un lugar cerrado en si mismo y abierto al mundo a través de una puerta, que no deja de dar entrada y salida a nuevos personajes.

La legión de peluqueras han sustituido a la que era "la peluquera" y todo marcha tan rápido que las conversaciones han dejado de ser del grupo completo, para convertirse en diálogos mucho más reducidos.

Aún asi me gusta. Me gusta pasar el tiempo delante de un espejo que ejerce de retrovisor y me devuelve imágenes completas de todo lo que ocurre a mi alrededor. Escucho y escucho y también intervengo para poder llegar a escuchar más.

Mi zoo particular reune a una variedad ingente de especies que son únicas, aunque realmente no lo sean más allá de la puerta de acceso. Eso da igual. Cada una de nosotras nos sometemos a un proceso de transformación capilar que nos hace ver el mundo con otros ojos, pelos lisos o rizados, cortos, muy cortos o larguísimos.Rubios, morenos, tintes con rojos imposibles, esa chica que va de boda o la propia novia en persona.

Me encanta esta jungla. Me voy a ella.

Jeanne

4 comentarios:

dintel dijo...

A mí no me gusta nada la pelu. Voy lo mínimo, mínimo.

Belén dijo...

Pues yo soy de las que están ahí para que les toquen, debe ser que me paso el día tocando yo...

Besicos

Shinta dijo...

Ahí si que no me pillarás ni coincidirás conmigo. Ni de lejos. Pobres peluqueras, conmigo no se ganariasn la vida.

Beset.

Anónimo dijo...

Uff, pues a mí, esa peluquería de la foto no me inspiraría nada sano, creo que tenían unos aparatos así en la isla del Dr. Moreau..., aunque ya puestos, tampoco estaría tan mal algo parecido debió de sufrir Franz Kafka antes de inventarse a Gregorio Samsa...

Besos

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