miércoles, 29 de septiembre de 2010

Amor propio a un cráneo



Y de repente una mañana te levantas y te encuentras en una bolsa una radiografía de tu cráneo. Lo miras como antes miraste otros muchos pero esta vez algo ha cambiado.

Esta vez la ficha lleva tu nombre y no es un cráneo cualquiera. Es el t-u-y-o.

Y cuando lo miras de frente y él te mira también desde sus cuencas vacías, te das cuenta de que ese montón de huesos encierran tu esencia, tu materia prima, un cascarón que aloja tu cerebro y te hace ser como eres.

De repente cuando levantas la vista empiezas a sentirte diferente, ya no eres el de antes, ahora te has visto desnudo por primera vez. Y así como tu eres tu pelo ya no es precioso, ni largo ni rubio ni tiene las puntas abiertas. Tus pendientes de oro blanco ni siquiera aparecen. Ya no miras a ninguna parte porque tus ojos verdes no llevan calcio y se hacen invisibles a los rayos X.

Una vez que has mirado a tu cráneo desnudo por primera vez sabes que nunca vas a olvidarlo. Poco a poco empiezas a quererlo y a querer cuidarlo....

Por él es yo. Porque yo soy él. Porque uno sin el otro no somos nada.

6 comentarios:

antonio dijo...

Hay craneos bellos.....
Saludos

Jordicine dijo...

Curioso post. Un beso, JEANNE.

raindrop dijo...

No me he parado a mirar cráneos, por eso me parecen (casi) todos iguales.
jó, lo que es dedicar tiempo a fijarse en las cosas... :D

besos

Gabiprog dijo...

Entonces...
¿es bueno ser transparente?

dintel dijo...

Si se pierde la cabeza por alguien, ¿pierdes también el cráneo?

இலை Bohemia இலை dijo...

Impresiona ver ciertas desnudeces, recuerdo que la primera vez que vi mi radiografía pense: Que fea soy, que mala cara tengo...Era pequeña e impresionable...ahora lo siento de otra manera, parecida a la tuya...

Bss

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