Había una vez alguien que quiso poner en marcha un sueño....
Quiso unir a la gente que el tiempo había separado, buscó y buscó, escribió y llamó y poco a poco el tiempo se fue borrando, 50 años de olvido se convirtieron en pasado y aquellos que fueron niños y que hoy ya no lo son empezaron a juntarse de nuevo el primer domingo de cada mes.
Más tarde llegaron los jueves fijos y semanales. El grupo iba creciendo y el sueño de G. tomando forma.
Pero la vida no es justa, no lo es, nunca lo ha sido y nunca lo será.
Cuando G. menos lo esperaba, la que viste de negro se lo llevó y todavía no doy crédito a la mala suerte de los que merecen tener algo mejor...
He aquí mi homenaje para él y para todos los que luchan por hacer realidades, por no abandonarse con el paso del tiempo, por no perder la ilusión y por seguir a pesar de los años mirando el mundo con los ojos de un pequeño Peter Pan...
7 comentarios:
Son esas pequeñas heroicidades (y héroe es el que sigue peleando pese a tenrlo todo en contra) las que nos mantienen vivos. Morirse de verdad carece de importancia.
Esta bien no perderse en el tiempo y mas luchar por conservar lo bueno que no ha acompañado.
Hasta el infinito y más allá
bonito homenaje..
Silencio.
Me apunto a ese homenaje por los que nunca abandonan.
Besos
Pero labrar ilusiones en vida es ya de por si de ganadores. Ganadores en vivir, aunque a veces se despidan demasiado pronto.
Los que se quedan deben darse cuenta de lo que vale la pena.
No sé que decir Jeanne. Es bonito, pero difícil muy difícil volver a juntarse en la vida...en todo caso la vida es un pañuelo verdad? Un abrazo!
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