Se acerca despacito la Navidad y empezamos a pensar en volver, en llegar, en ir o en ... a algún sitio especial.
Yo suelo viajar en diligencia, es mi transporte preferido. Llevo botas, falda larga y por supuesto un sombrero. He comprado ya un billete hasta la mitad de mi destino y he reservado el resto del trayecto que pagaré al llegar allá donde voy.
Ya me han dicho que el viaje es duro, que nada de niños ni grandes maletas, que hará frío y de día calor, que tragaré polvo, que pasaremos sed y hambre quizás. Que las paradas serán cortas y los apeaderos tristes y muy austeros.
Este viaje promete...si señor.
3 comentarios:
Tentador...
Me gusta la imagen que pintan tus palabras.
Has despertado la necesidad en mi de indagar adentro cual será mi viaje en esta ocasión...
Besos desde mi alma.
Un viaje fantástico sin duda. yo iré a las montañas nevadas, a ver los últimos osos pardos en libertad.
sí que promete...
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