Siempre me gustó este cuadro, este estudio en gris y negro que el pintor Whistler le hizo a su madre.
El punto de vista perpendicular a la figura está tan bien elegido que siempre que estoy frente a él me hago las mismas preguntas:
Por qué el autor no la retrató de frente?
Quizás mantenían una relación fría y distante?
Hay cuadros que no te hacen preguntas y hay otros que te hacen miles...soy ellos y no tu los que se presentan con miles de interrogantes.
Whistler se fue hace mucho tiempo pero le regaló a su madre su mayor don....eso si que es un regalo.....ella le dió la vida y él la inmortalidad.
Hoy, día de la madre, no he visto a la mía ni le he comprado nada...tampoco podré regalarle la vida eterna al nivel en el que Whistler y otros muchos lo hicieron.
Mi homenaje a todas nuestras madres, a las que están entre nosotros y a las que se fueron pero que nunca jamás dejarán de velar nuestros sueños. Imagino que su ausencia es como acostumbrarse a vivir sin techo, a respirar sin aire, a beber viento, a volar sobre mariposas "Papalotzin" imaginarias en lejanos países alargados....
7 comentarios:
Una composición extraordinaria la de ese cuadro.
Sobre el dia de la madre no deja de tener a dia una carga consumista importante.
Pero bueno, se merecen siempre nuestros detalles!
Jeanne, precioso post y regalo para una madre.
La mía es de las que vela mis sueños.
Un beso
Siento que no hay nada que agregar así que solo paso, disfruto de tus palabras y te dejo mis besos, siempre desde mi alma.
Coincido contigo en la cierta distancia que el pintor ha querido reflejar en el cuadro.
No es una imagen cercana, su gesto es frío, incluso de reproche.
Estoy convencida que su madre fue más Srta. Rotenmeyer que mamidemisamores. Aún así, quiso retratarla, porque madre, no hay más que una.
Un beso, Jeanne
Me quedo con esta frase tuya : "ella le dió la vida y él la inmortalidad." y me pongo como reto pintar a mi madre...para hacerla immortal.
:)
curioso retrato... un buen regalo para el día de la madre..
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