
Este cuarto de baño no se llevará un premio...no es higiénico, no es cómodo, no es real....pero me gustó desde el primer momento.
El color de los azulejos parece tener vida propia. Los fluorescentes verticales son el complemento perfecto o circunstancial de lugar. Son postes de luz, tengo la impresión de que los puedo apagar y encender cuando me plazca, sólo para ver el cambio, on, off, on, off....
Si los dejo en off me daré cuenta de que no son ellos los que iluminan ese espacio, son la baldositas verdiazules las que emiten luz....el resto es decorado.
Puedo imaginarme el resto de la casa con sólo mirar este lugar. Imagino una apartamento sin ventanas y con luz amarillenta. Luz de bombillas de tungsteno llenas de polvo.
Pero me quedo con el baño, las otras habitaciones no me interesan. Limpiaré la bañera, el lavabo y el inodoro. Quedará brillante y reflejará mejor el color de las paredes. Las tuberías quedarán igual, limpias y presentes.
Si tuviera que poner un título a este lugar copiaría a A. Nothomb y lo llamaría...
Metafísica de los tubos