Necesito un pequeño cambio de aires y desde mi norte me lo han puesto en bandeja de plata. Y no es que me encuentre mal en esta ciudad, es que me canso, me saturo facilmente y me quedo sin ideas.
Cuando ocurre ésto tengo dos opciones, o seguir pintando en gris o dejar todo abandonado y correr hacia un lugar que me ofrezca un paisaje diferente.
Lejos de la ciudad, en el campo, me siento otra, soy otra, pinto como otra, me muevo como otra y me libero como si fuera yo misma.
Me espera una casa enorme con un estilo minimalista, paredes blancas, muebles exquisitos bien distribuidos y mucho silencio.
Su propietario estará allí, como siempre discreto, leyendo en algún rincón no visible, arreglando el jardín que le da vida a su vida y a la de todos los que tenemos la suerte de admirarlo.
En la casa de Jean Yves siempre hay invitados, a veces músicos, normalmente escritores ( como él).
Me ha prometido la habitación azul......
AZUL aZul aZUl AZul azul AZUL
4 comentarios:
A algunos impresionistas, a Van Gogh, Gauguin y otros posimpresionistas les ocurría lo mismo. La solución: la Provenza. Y de ahí a la gloria. Esperando, por supuesto, que no sea póstuma.
Besines.
Qué delicioso suena tu plan...
El campo siempre es una fuente inagotable de momentos sugerentes.
Ojalá que la inspiración te encuentre con los pinceles preparados.
un besazo y feliz estancia
Espero que descanses mucho :) Besotes!
Este post parece de libro. No sé si escribirás con un perfil ficticio o simplemente es una bitácora real. Si fuera real, me parece una pasada que haya una pintora ¿Española? en París, que tenga algo que ver con un violín y que acabada la inspiración en la ciudad del Siena se largue al campo a la casa de un músico-escritor donde frecuentan tambien musico-escritores. Yo pensaba que esas vidas solo se llevaban en los libros, tienes mucha suerte!
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